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La blefaroplastia es la cirugía que corrige las alteraciones de los párpados. Generalmente la blefaroplastia debe corregir un exceso de piel, un descenso de las cejas o de los parpados por flacidez, o la presencia de bolsas; la blefaroplastia también se encarga de las arrugas en pata de gallina que aparecen en el contorno lateral de los párpados. La blefaroplastia puede realizarse bajo anestesia general o anestesia local y muchas veces la blefaroplastia puede acompañar otras cirugías como una frontoplastia (ver articulo de frontoplastia) o una rinoplastia o cirugía de la nariz. Siempre es necesario que antes de la blefaroplastia se tenga un examen por el oftalmólogo, pues los defectos oculares pueden acentuar los defectos en los parpados por el esfuerzo para agudizar la visión. La vía para realizar la blefaroplastia es a través de insiciones que se practican en líneas de pliegues naturales en el párpado superior y a nivel de la conjuntiva o debajo de las pestañas en el parpado inferior de forma que estas pasan desapercibidas o inaparentes para cualquier observador. A través de esta ultima se puede realizar una disección más amplia en los casos mas severos y de esta forma se puede realizar una tracción y una suspensión de la piel de la mejilla mejorando el aspecto de los surcos que se presentan entre la nariz y los labios, denominados surcos naso genianos. Los párpados caídos pueden ser responsables de dolor de cabeza por el esfuerzo que hacen los parpados superiores para levantar el exceso de piel que cuelga sobre ellos y el paciente realiza movimientos de elevación de las cejas en forma permanente, haciéndose evidentes surcos arriba de las cejas y es frecuente la queja de dolor de cabeza por esta razón. Además pueden agravarse las arrugas por la actitud de un ceño fruncido por excesiva tensión o mal humor o también por un defecto de la visión. Por otro lado unos párpados caídos disminuyen el horizonte de la visión ocultando el cuadrante superior externo y opacando la luz que entra a los ojos, dando un aspecto de tristeza o de cansancio. Algunas personas creen que por estar muy jóvenes no tienen la indicación para una cirugía de los párpados y la realidad es que la blefaroplastia puede requerirse muy pronto por problemas de tipo hereditario, por fatiga laboral o por vicios de temperamento o defectos visuales que llevan a un tiempo menor la edad para su realización. Además en algunos casos el resultado puede optimizarse con el uso de toxina botulínica o de yoga facial o de cirugía refractiva. La realidad es que una cirugía de párpados les devuelve a los ojos su luminosidad, su expresividad, y el rostro vuelve a adquirir un aspecto de lozanía, de frescura de vitalidad. Siempre ha sido importante en las relaciones interpersonales la mirada directa a los ojos, la observación de los sentimientos a través de unos lindos ojos, la visión directa que nos muestra la sinceridad, la espontaneidad y nos dala confianza en el interlocutor. El otorrinolaringólogo cirujano plástico facial es el profesional que mejor conoce la anatomía de esta región y el más idóneo para aconsejar como se debe realizar esta intervención. El postoperatorio suele cursar sin dolor y la inflamación se maneja con compresas frías y reposo. Se debe restringir la actividad y los esfuerzos, la dieta es normal. Es fundamental seguir las instrucciones de su cirujano y acudir a los controles oportunamente. |
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