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La cirugía de la nariz es conocida con el nombre de rinoplastia. El éxito de la rinoplastia depende en buena medida de unas adecuadas expectativas por parte del paciente y por parte del cirujano. De una muy completa y apropiada evaluación preoperatoria y de una depurada y refinada técnica quirúrgica; y de un seguimiento en el postoperatorio. La rinoplastia es considerada la “reina de la cirugía plástica”; la rinoplastia es quizás el procedimiento que conlleva un mayor desafío quirúrgico para el cirujano, y la rinoplastia es la cirugía estética facial que más frecuentemente se realiza; por esto se requiere un profesional idóneo, con un amplio conocimiento de la anatomía y la fisiología de la nariz y de la cara, que mediante su experiencia, le permitan elaborar minuciosamente un plan quirúrgico que luego presentará y discutirá con el paciente, para decidir conjuntamente las opciones y la técnica a elegir. En este punto es importante resaltar que hay médicos que tratan de imponer su voluntad por encima de los deseos del paciente con la consecuente insatisfacción en el postoperatorio. Es esencial una buena relación médico paciente, debe haber una empatía, en la que el otorrinolaringólogo, cirujano plástico facial infunda confianza, que permita una suficiente información para analizar todos los aspectos que tiene una rinoplastia. Es importante que el paciente no oculte información con respecto a traumas, alergias, cirugías previas, medicamentos, sustancias psicotrópicas u otras terapias que se halla practicado anteriormente. Es buena recomendación que usted anote todas las dudas e inquietudes y que éstas sean explicadas antes de la intervención, pues cuando se hace después, puede sonar a disculpa o no satisfacerlo suficientemente. El quirófano donde se va a realizar la rinoplastia debe estar dentro de una institución que ofrezca las suficientes garantías para solventar las eventualidades propias de esta cirugía; permitiendo al profesional y al paciente tener la seguridad de una buena y suficiente atención. La nariz, por ser la estructura más prominente de la cara, está mas expuesta a sufrir traumas, y cualquier alteración en su anatomía es rápidamente percibida e identificada por el común de las personas, lo que puede provocar malestar para el paciente, llegando incluso a acomplejar o provocarle sensaciones de minusvalía, disminuyendo su autoestima; además las otras unidades estéticas de la cara quedan en un segundo plano y le restan belleza a unos lindos ojos o una hermosa sonrisa. La nariz es la primera estructura que vemos ante el espejo y eso hace que tengamos una alta percepción de su anatomía, sin embargo, para muchas personas la percepción lateral de su propia nariz no la tienen conceptualizada, y sus alteraciones que pueden ser muy evidentes para los extraños, pueden aparecer como menores para el propio paciente. Por el contrario, la mayoría de los pacientes tienen bien identificado el problema y llegan a la consulta con una idea de mejorar bastante elaborada, pero sin saber como lograrlo y es el cirujano quien puede ayudar a definir lo que se puede alcanzar. Además lo puede asesorar para identificar otras alteraciones que corrigiéndolas optimizan el éxito deseado. El resultado final (este resultado busca que la nariz quede en armonía con la cara, que luzca natural, y al lograrlo el conjunto gana en armonía y en belleza) puede conseguir un cambio fundamental, el cual conlleva a una mejoría no solo estética, sino funcional y de la autoestima, en la confianza en si mismo y le permitirá superar frustraciones y complejos del pasado. Muchas de las personas que lo conocían van a percibir una mejoría en su aspecto pero es posible que no perciban que son el producto de esta cirugía. |
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